miércoles, 21 de octubre de 2009

La bolsa

¡El otro día fui de compras!
- ¡Pues vaya noticia!- dirán unos.
- ¡ánimo! Pronto aprenderás a decir albaricoque.-me dirán otros.
- Pero ¿te han dejado ir a ti solo?
Pero lo que quiero contar no es eso. El supermercado al que fui ha decidido volverse ecologista y dejar de suministrar bolsas. Como todos sabéis las bolsas de plástico tardan entre muchos y muchísimos años en descomponerse y además la fabricación de las mismas es contaminante. Pues eso, que este supermercado se ha apuntado a la moda de los ecologistas (que veo muy bien, no os vayáis a confundir) aunque esto no lo hacen precisamente por el ecosistema, ya que los clientes tienen que pagar ahora por las bolsas. Y creedme, el que más y el que menos termina comprando bolsas. Para no hacerlo, con la cara de inquisidora que ponen algunas cajeras, que parece que seas tú el responsable del calentamiento global y de todos los males del mundo por no comprar una bolsa. Pero claro estas son bolsas biodegradables y respetuosas con el medioambiente. Y sí, es muy respetuosa con todo y lo que se dice biodegradable, doy Fe de ello, lo es y mucho. Yo no quiero que un trozo de plástico tarde cientos de años en descomponerse, de lo que me va a servir una bolsa dentro de cien años.
- Mira hijo. En esta bolsa trajimos los primeros pañales del abuelo. En mi día yo también la usé. Ahora servirá para puedas llevar el almuerzo y algún día podrás legársela a tus hijos.
Y de esa forma la bolsa pasará de generación en generación y llegará a convertirse le herencia más preciada.
Yo no quiero que dure tanto, pero por lo menos que aguante hasta que llegue a casa. En menos de tres minutos la bolsa ya había empezado a romperse y a los cuatros minutos ya estaba recogiendo los productos del suelo y apañándomelas para llegar a casa. Y yo me pregunto ¿no podrían los fabricantes de las mismas hacerlas unos diez minutos más duraderas, que es el tiempo que tardo en llegar a casa, de esa manera no me encontraría haciendo malabares con la pizza, el pan y los yogures hasta llegar a casa. Claro que también puede ser una medida magistral tomada por la crisis actual, y lo que quieren realmente es que la gente aprenda a hacer malabares para que puedan ponerse en el metro a ver si cae algo. De esa forma conseguirán ingresos extra para regresar al supermercado y seguir gastando. Visto desde ese punto de vista, son unos genios.
“Ante la crisis, Bolsas biodegradables. Aprenda una profesión con salida(al metro) mientras hace su compra y protege el ecosistema”

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