sábado, 29 de agosto de 2009

"HOSPITAL CENTRAL"

Una noche en urgencias. No. no me encontré con George Clooney, ni con Grey. Vamos ni de lejos. Lo que pasó estaba más cerca de “más allá del límite” que de “Urgencias”, pero a lo que iba. Era las 01.21 de la noche cuando llegamos a urgencias.
- Vaya, que suerte, solo hay tres por delante nuestro- le comenté a Lucía- esto va a ser rápido.
¡Já! Que ingenuo que fui.
En la sala de espera, además de nosotros, se encuentran una pareja de ancianas (Juana y acompañante), un señor con mascarilla y una pareja en la que el marido no hacía más que tocarse el costado y quejarse de dolor.
El tiempo comienza a pasar. A Juana cada veinte minutos se le acercaba una enfermera distinta y le pedía una muestra de orina. A la pobre mujer la estaban dejando seca, que uno ya llegó a pensar que se estaban haciendo unos chatos de orina.
- Mire, que se me ha terminado- se dirige a ella le enfermera- podría rellenármelo. Y esta vez con dos cubitos de hielo Y un pincho de tortilla.

El señor con el dolor en el costado, ya había llegado a un punto en el que estaba tirado en el suelo retorciéndose de dolor. Los enfermeros y médicos pasaban y ni el más mínimo caso.
A las 02.20 llega una pareja, la de la guardia civil, estos escoltando a un preso que fue atendido con gran rapidez, suscitando la envidia de los presentes. Nuestros instintitos criminales comenzaron a surgir, si aquella era la forma de que te atendieran yo estaba dispuesto a darle una paliza a más de uno de los presentes. Al rato llegó otra pareja, unos chavales jóvenes que habían salido de fiesta y a mitad de noche a él le había subido la fiebre.
Hay estábamos, Entre cabreos, una parejita haciéndose arrumacos, las enfermeras exprimiendo a Juana y el señor retorciéndose de dolor en el suelo, cuando oigo decir a una de las enfermeras:
- Que noche más tranquila. Hoy hay poco trabajo.
¿¡Poco trabajo!? Que hija de p***. Poco trabajo. Claro si no hacemos ni caso a los pacientes da igual si hay tres que trescientos... Imagínense a los bomberos, tres incendios y los del uniforme tocándose los… ya me entienden y diciendo ¡qué poco trabajo que verano más tranquilo! Y mientras tanto Atenas arde… Manda narices "de la ingle"(por no decir huevos).
- se está tranquilo.- dice un bombero mientras coge una rama en llamas y se enciende el cigarro.
- Si, el fuego es pequeño.- contesta el compañero.- yo creo que en unas cinco o seis horas "s'apagao” solo.
- Si, y si no que lo apaguen los del siguiente turno.
Finalmente el señor de dolor fue atendido e ingresado inmediatamente, inmediatamente después de que lo atendiera una doctora que accidentalmente pasó por allí y lo vió, porque llevaba un mínimo de dos horas en el suelo de la sala de espera. A los 02.50 cabreado me pongo a buscar a alguien para ver si se había perdido el expediente de entrada, porque ya se sabe que los expedientes de los hospitales son como los calcetines en las lavadoras, desaparecen sin dejar rastro. Y es entonces cuando me encuentro a la enfermera encargada de los análisis y a un enfermero en un cuarto en actitud muy cariñosa dándose un masaje. Eso explicaba muchas cosas. Y comenzaba a parecerse a “Anatomía de Grey”, en cualquier momento me encontraría con Clooney. Aunque con la suerte que tenía me encontraría antes con House.
Después de discutir (entre cafés y cigarros; los de ellos vamos porque los demás ni agua) me dicen que no me preocupe, que somos los siguientes;¿ los siguientes de qué?, siguiente implica una continuidad y aquí no atienden a nadie de modo que cómo si me dicen que somos los actuales, porque cuando pido que se especifique un poco más, si va a ser a lo largo de la noche, si me va a dar el día de las uvas o el cambio a un nuevo milenio me dicen con el “tonito” de quien se está tocando los huevos y es interrumpido por un cliente que el “médico me atenderá cuando me atienda”, cojonudo imagínese eso en la pescadería, la panadería o la carnicería de la esquina… todo a tope, los clientes desesperados y los dependientes mirando internet (es lo que hacían estos) y bufando cuando alguien le inoportuna; lo rapidito que se iban a la calle o echaban la persiana, pero claro a ver a dónde vas con 38 de fiebre y dolores estomacales ( además de ir al retrete cada diez minutos).
3.30 de la madrugada nos atienden y le hacen una analítica a Lucía. Esperamos, cuatro y media de la mañana observo que hay cambio de turno, nos atienden dos doctoras muy agradables se disculpan por el retraso, no comprenden que la muestra no haya llegado al laboratorio (4.30 una hora más tarde) hasta ese momento. Yo, que conocía los motivos reales del retraso (la relación- sexo- entre la enfermera y el enfermero) opté por callarme. Salimos y esperamos a que lleguen los resultados. Llegaron a las 06.15.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por curiosidad y para entender la historia: ¿cuál era el motivo de tu consulta en urgencias? (si es confesable).

Enric Ortuno dijo...

Seguro que el motivo era alguna relación extraña entre un bote de crema para las manos, un mono, dos pinzas de la ropa y una apuesta sobre la capacidad del cuerpo humano, ¿me equivoco?

Un abrazo.

Enrique Palacios dijo...

Hace poco fui al hospital previa cita y como era por orden de llegada y asistí ligeramente tarde tuve que esperar 3 horas :s para ser atendido. Habían 9 personas en la cola y el doctor se tomaba todo el tiempo del mundo para atender a cada paciente xDD la próxima llego con una hora de anticipación, sale más a cuenta :p

Éxitos Pedro

palabro dijo...

Es confesable anonimo, el motivo, como bien dice "yo mismo" tiene que ver con una apuesta sobre la capacidad del cuerpo humano, y aprovecho para decirle a "yo mismo" que deje de acosarme. comprendelo lo del mono y las pinzas fue fruto de una noche de locura.
gracias Ki. si , la verdad es que es siempre mejor llegar con antelación (menos si eres el novio en la boda; llega tarde ellas se retrasan siempre)