lunes, 10 de mayo de 2010

EPISODIO 3. EL CURRICULUM

Los días van pasando y todo transcurre con normalidad, si a normalidad llamamos pasarse el día agarrada a la taza del WC sin parar de vomitar. A los padres de ella no le hemos dicha nada todavía (lo de que son gemelos), esperamos a cerciorarnos. A mí me lo ha dicho y he visto la ecografía, pero hasta que no los vea con mis propios ojos en la consulta de la ginecóloga no me voy a convencer. Llega el temido día, salgo del trabajo y voy corriendo a la consulta donde me espera Lucía. Después de pedirle al DNI a la doctora para asegurarme que es mayor de edad y el título para comprobar que es ginecóloga y que no estamos esperando a su padre para ser atendidos, compruebo que efectivamente son dos, aunque todavía no sabemos el sexo. Durante la consulta aguanto las acusaciones de Lucía y la ginecóloga de mi supuesta culpa y responsabilidad por haberla dejado embarazada de gemelos y de haberla engañado por no avisarle de que tengo antecedentes en mi familia:

- Eso se pone en el curriculum. Lo llegas a poner cuando me conociste y te aseguro que no me dejas embarazada.
- Pero si ya sabías que en mi familia había gemelos-
le contesto.
- Sabía lo de tus hermanas.
- Pues ya está.-
Contesto satisfecho, la verdad salía a la luz.
- Pero no me habías dicho que tenías primas gemelas.
- ¿a no?- y la verdad seguía saliendo.
- ¡no! Ni me habías hablado de tus bisabuelos los gemelos.- y continuaba saliendo verdad por todas partes.
- Bueno pero eso yo también lo desconocía.
- Pero si hasta hay trillizos en tu familia.- ya era suficiente dosis de verdad por un día. Decidí callarme y bajar la cabeza.
Al salir de la consulta nos dirigimos a casa de los padres de Lucía. Había llegado el momento de decirles que eran dos. Los padres de Lucía no se lo toman muy bien que digamos. Nuevamente me culpan a mí de todo:
- La culpa es tuya.- dice mi suegro.- en mi familia somos todos muy ordenados y las cosas las hacemos de una en una.
- Pero oiga, que ella también ha participado. Y que yo recuerde para que una mujer se quede embarazada se necesitan óvulos y yo de eso no tengo.
- Te haces la vasectomía.-
suelta mi suegra de repente.
- ¿eh?- digo yo
- Esto no puede repetirse. A ver si por accidente nos encontramos con cuatro niños.
Me alejo disimuladamente de ella y compruebo que no tenga ningún cuchillo en la mano. Me encuentro en una situación apurada, en tierra hostil, rodeado de tres personas que han decidido, así por las buenas y sin contar conmigo, hacerme la vasectomía.

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